jueves, 10 de noviembre de 2011

INTRODUCCION AL TAI CHI DE WUDANG (Curso)



INTRODUCCION AL TAI CHI DE WUDANG
Como cultivar la larga vida del cuerpo según la antigua sabiduría China.

Martes 15 de noviembre (feriado en la ciudad de Santa fe) a las 14 hs, Vecinal Sargento Cabral (General Paz 5371).

Primera parte de la enseñanza de la forma 33 de Tai Chi de Wudang Qi Gong, Meditación y aplicaciones para la defensa personal.
Duración: 4 horas

Dictado por el Shifu Ernesto Kohlbrenner - 6 º Tuan de Kung Fu - Tai Chi Chuan
Colaboradores: Shifu Dario Nuñez y Profesor Marcelo Ramirez.

Informes: 0342-4522128 y 0342-155495474

martes, 8 de noviembre de 2011

Un relato acerca de cierto viaje extraordinario


Un relato acerca de cierto viaje extraordinario por tierras lejanas, envueltas en deleitantes misterios y maravillas idílicas, merece aparecer a través de formas vivas de algún texto especialmente conducido por la experiencia misma del tránsito entre aquellos sitios; a la vez ajenos – por cuanto de extraño tienen – y familiares – merced a la energía profundamente íntima que flota en su atmósfera. Experiencia a propósito de la cual hay que detener la mirada sobre su lugar de alojamiento: qué mayor vía de conexión y transferencia con el mundo que el propio cuerpo desplegado en su total extensión y plenitud de potencias. Habilitamos, pues, este espacio como campo dónde brote un relato acerca del Viaje a China de la asociación Chin Wan, desde de su fuente legítima: la emanación de formas que traduzcan la experiencia vivida por el Shifu Ernesto Kolhbrenner en el “Imperio del Dragón”.

China es el dominio de atribución del surgimiento de una factura cultural de riqueza tan vasta y extraordinaria como sólo podría serlo algún territorio cuya tradición remonte sus raíces, a través de milenios, a los fértiles períodos arcaicos del nacimiento de las primeras civilizaciones humanas. En efecto, la densidad de la urdimbre cultural del pueblo chino sólo puede palparse a través de una consideración suficiente de la increíblemente extensa dimensión histórica en que fue desarrollada. Tesoro, entre otros de los que allí abundan –brotado del propio seno de aquellas arcaicas tierras, es el wushu tradicional; nombre genérico dado a las “clásicas artes de la guerra” de los pueblos que labraron la historia del territorio chino.
Por fortuna, existen grupos humanos avocados a la preservación y difusión inter-cultural de tesoros de tal tipo, que se hallan integrados al patrimonio de la humanidad, y contribuyen a enriquecerlo y dotarlo de otros medios de movilización hacia una creativa y conducente exploración del mundo. La asociación Chin Wan es uno de esos grupos; se trata, ciertamente, de una organización cultural avocada enteramente al cultivo, en nuestro espacio y tiempo actuales, del rico acervo cultural en que consisten las artes clásicas chinas de la guerra. Así es que el viaje del que ofrezco un relato a continuación discurrió genuinamente por el horizonte de acciones de nuestra asociación, a partir del cual fluye incesantemente la concreción de fines y objetivos que dirigen su desempeño. Por ello el relato procura, además de transferir del modo más in-mediato posible mi experiencia, dilucidar la pertinencia y relevancia institucional del viaje, sobre la base de su conexión directa y esencial, en su carácter programático, con el plan general de actividades de la entidad.
Entre los días 31 de Julio y 31 de Agosto, último mes del verano chino, llevé conmigo la Asociación Chin Wan a transitar por lo largo y lo ancho de una amplia región de la cuna del wushu tradicional, como su director y representante. Esa región es también la cuna de nacimiento de la propia civilización china: la gran cuenca fértil del río Huang Ho.
Durante el viaje, abracé la posibilidad de ampliar, enriquecer y redimensionar el bagaje de conocimientos y experiencias de Chin Wan, como así también logré trabar vínculos con otros maestros e instituciones dedicadas al cultivo del wushu tradicional; aspecto del viaje de singular importancia, por cuanto contiene posibilidades de concreción de un conjunto de proyectos institucionales, relativos a la formación de redes de intercambio y cooperación institucional, en favor de la difusión de la cultura de la antigua china en occidente.
En orden a ello, recorrí un conjunto de lugares diversos distribuidos sobre el territorio de provincias ubicadas, fundamentalmente, en la región central y noreste de China. Así transité desde Beijing – al noreste de China – hasta Xi’an – hacia el oeste de allí, y luego hacia al sur, la mágica provincia de Hubei, atravesando las bellísimas provincias de Henan y Shaan Xi. Este itinerario, además, hace factible la contemplación parcial de China en su panorama socio-histórico hasta este punto de su desenvolvimiento, y en consecuencia – como parte afectada del proceso – la proyección del mismo sobre la historia reciente, el estado de situación actual y las posibilidades del porvenir, del wushu tradicional.
Intentaré ahora detallar las actividades más importantes que hube realizado durante el itinerario de viaje, comenzando desde el lugar de partida.
El miércoles 27 de julio viajé desde Buenos Aires hacia la ciudad de Madrid, España. Al día siguiente me recibió allá el profesor Bruno Tombolatto, director de deportes del Centro de Cultura Han. Puesto que había sido especialmente invitado por la dirección de dicha institución a participar de las “Jornadas de Intercambio China y España 2011” durante los dos días que permanecería en Madrid (hasta tomar el vuelo a Beijing), estuve presente en los talleres que se desarrollaron en ese evento: taijiquan, Shaolin Quan tradicional, meditación, idioma y caligrafía chinos. El viernes 29 ofrecí una clase teórico-practica de kung fu tradicional, sobre el sistema Wing Chun (sus principios y fundamentos), a los estudiantes del profesor Bruno Tombolatto.
El dia 30 de julio abordé el vuelo rumbo a china junto a una delegación de miembros de la academia Shaolin Temple Cultural Center Spain; academia de wushu tradicional dirigida por Bruno en el Centro Han. Fuimos desde Madrid, haciendo escala en Münich, hasta el Aeropuerto Internacional de Beijing. Desde allí tomamos un avión a la ciudad de Zhengzhou, Capital de la provincia de Henan, distante a unos 500 kilómetros aproximadamente. Esta provincia es, junto a Shaanxi, tal como mencioné antes, el lugar originario de las artes clásicas de la guerra, y específicamente, de las sofisticadas artes de combate de Shaolin. Sobre el fondo de los contornos y formas en que se materializa su historia y su cultura, se recortan los más esenciales y profundos factores causales y estructurales de nuestras artes marciales chinas.

En Zhengzhou nos esperaban instructores de la academia Wu Gu Lun, que nos trasladaron al hotel, previamente reservado, de la aldea Deng Feng, situada a 30 kilómetros de allí. Al día siguiente, primero de agosto, empecé las prácticas de wushu tradicional en la academia Wu Gu Lun, dirigida por el Shifu Wu Nan Fang. El total de la experiencia humana allí, actúo como medio en donde sumergido, como en aguas cristalinas, no dejé de acceder a través de mi cuerpo y espíritu a dimensiones más y más profundas de la esencia del Wushu. El sistema de combate que se transmite proviene del templo Shaolin. Es verdaderamente muy antiguo y tradicional, y lleva por nombre “Xin Yi Ba” (traducible de modo aproximado como “sin mente”). En dicha academia permanecí capacitándome por una semana. Las prácticas consistían en tres clases diarias distribuidas en los horarios de 5:00 a 6:00 de la madrugada; luego de la cual efectuábamos el desayuno; y de 8:00 a 11:30 por la mañana. Tras el almuerzo al mediodía, desde las 15:30 hasta las 18:00 realizábamos la práctica diaria final, y a las 18:30 concluíamos la jornada con la cena. A lo largo de esas clases practicamos intensamente técnicas de meditación, Pan Gen (Bufa o técnica postural y de paso) y Zhuang Gong (1ª Taolu o secuencia técnica del sistema). 
Esta experiencia se desplegó en un escenario natural exquisito: frente a nosotros se levantaban gloriosas las escarpadas laderas de la ancestral montaña sagrada Songshan, envueltas casi todo el tiempo en delicadas neblinas que hacían del panorama una visión sublime para cualquier ser humano. Esa montaña es para el taoísmo símbolo de la tierra, entre los 5 elementos, y se cree ocupa un imaginario eje central del territorio bajo el cielo; detalle cuya valoración permite apreciar la fuerza de significado que puede tener para un practicante de Wushu su paso por tierras consideradas sitios sagrados del Wushu. 
 
En Deng Feng imposible me hubiera resultado dejar de visitar el mítico templo budista de “Shaolin Si”; naturalmente, en dos oportunidades me dirigí, junto a mi amigo Bruno, a ese monumento vivo que la mayor admiración causa a cualquier practicante de Wushu. Por razones sintéticas, mencionaré simplemente los rincones más significativos del interior del templo que complacidamente recorrí: Tan Lin o “Bosque de las Pagodas”, cementerio de 246 panteones con forma de pagoda donde yacen los cuerpos de los miles de monjes que hicieron la historia de 1500 años del templo; Pabellón Pilu o Pilu Dian, donde se aprecian las depresiones en el suelo de adoquines de piedra por efecto de la continuada práctica extraordinariamente intensa de posturas por parte de los monjes, tras cientos y cientos de años; Sala de Guanyin o Guanyin Dian: he allí los famosos frescos de monjes shaolines luchando (Shuai Jiao); pico Wuru o Wuru Feng, de la montaña Songshan; y finalmente la legendaria cueva de Damo o Damo Dong, donde permaneció meditando durante 9 años el introductor del budismo Chan (Zen) en una China del el siglo V de nuestra era.

Entre los muros del Shaolin asistimos también a la impresionante exhibición de la escuela de Wushu Quan y fuimos, además, a visitar al maestro Shi De Yang, residente dentro del propio templo Shaolin.
En el exterior del mismo, ascendí al pico Shaoshi Shan (1512m), techo de la región, tras un ascenso a pie de 15 km a través de 782 peldaños que implica aproximadamente unas 6 horas de caminata. Esa senda conduce al llamado “puente de cuerda (Suo Qiao)”. Un monje natural de Grecia (Shi Miao Dian), muy amablemente ofició en ese momento como nuestro guía y traductor, y nos enseño allí todos los rincones de Shaolin Si. Fuimos, junto a él, al Wu Guan (salón de entrenamiento) de los monjes, y visitamos también dos pagodas donde los de mayor jerarquía monástica de entre ellos hacen sus oraciones.
Por otro lado, quisiera mencionar otros sitios que visité en la aldea Deng Feng. Junto a Bruno y Luis, un estudiante de su academia, visitamos la Casa Tradicional de Té, donde compartimos una agradable conversación al tiempo que nos deleitábamos con un té exquisito mientras practicábamos la ceremonia conveniente a la ocasión. Luego nos dirigimos a la famosa academia Song Yang, a los pies de Taishi Shan (un pico de montaña), en cuya entrada se muestran, nobles y robustos, dos impresionantes Cipreses de 4500 años de antigüedad. Otras importantes academias de kung fu que visitamos son Deng Feng Shi Shaolin, Shaolin Chan Temple, la academia de Shi De Yang: “Ta Ko”, Shaolin Martial Arts Academy Deng Feng Zheng Zhong Xiao, y Zhong Guo Songshan Shaolin Si Wushu Xue Yue, entre otras. En efecto, tras mi paso por Deng Feng acabé conociendo los maestros Wu Nan Fang, Hu Fei y Shi De Yang; como mención de algunas de las más notables figuras del kung fu tradicional del lugar.
Días después, el sábado 6 de agosto, viajamos en tren a Luoyang. Fuimos allí a emocionarnos con la vista de las “Grutas de Longmen (Long Men Shi Ku)”, en las afueras de Luoyang. Se trata de más de cien mil imágenes budistas esculpidas en la dura piedra de montaña, que han sido declaradas patrimonio de la humanidad por la UNESCO desde el año 2000. 
Entre los paredones esculpidos, quien visita el lugar puede apreciar el correr de siglos de fe y devoción en grados altísimos, por los cuales el pueblo se movilizó, creció, desarrolló y produjo un sin fin de expresiones culturales emanadas del entramado profundamente budista de la civilización China. Expresiones de entre la cuales se cuentan las artes de combate Shaolin, fundadas sobre el espíritu del Chan o Zen. En Luoyang hice elaborar el primer sello en piedra de Chin Wan para utilizar en Argentina. Honor enorme sentí por saber que nuestro sello haya sido elaborado en esas tierras, con un bello tipo especial de piedra del lugar, llamada “piedra buda”, de color negro. Lleva inscripta la siguiente leyenda lateral, hecha por el maestro de sellos: en letras mayores, luo yang long men shi cu; en letras menores, xin mau nian qi shi. Y en su base, los ideogramas de la escritura china arcaica correspondientes al nombre de nuestra asociación: Chin Wan, lo esencial
Además fui a visitar en Luoyang el Templo del Caballo Blanco – primer templo budista construido en China – y el museo de tumbas antiguas.
El día jueves 11 de agosto decidí viajar a Zhengzhou, la capital provincial. Zhengzhou se halla localizada cerca del río amarillo y es el lugar de nacimiento de Hua Mulan, una antigua heroína china del “mundo wu xia” –típica denominación folclórica usada para referir al ámbito de las artes marciales tradicionales. Desde allí se me abrió la posibilidad de tomar un “tren pájaro” – servicio ferroviario que circula a una velocidad de 300 Km. por hora – para alcanzar la ciudad de Xi’an, capital de la vecina provincia de Shaanxi al oeste de Henan. Pese a lo atractivo que resultaba ser el recorrido, la decisión me resultó compleja en ese momento puesto que debería hacerlo absolutamente sólo, a merced de todas mis dificultades lingüísticas y culturales. ¡Afortunadamente lo realicé con éxito! El tren partió de la estación ubicada en la plaza principal de Zhengzhou y en cuestión de un breve lapso de tiempo recorrió los 124 kilómetros hacia el oeste que separan Zhengzhou de Xi’an. Una vez en Xi’an, visite la famosa Torre del Tambor y el descomunal Ejercito de los Guerreros de Terracota.
Los recorridos por esos lugares habilitan la posibilidad de oír el eco de las acciones de miles de soldados, guerreros épicos, bandidos, héroes y altruistas luchadores, que resuena detrás de cada puño, patada, proyección, o cualquier maniobra técnica que al día de hoy realizamos fruto de la preservación de esa herencia.
Luego de permanecer en Xi’an por tres días, tome un colectivo al pueblo de la misteriosa y sublime montaña Wudang; antiguo lugar de cultivo del taoísmo y las artes y ciencias inspiradas en sus principios estéticos y metafísicos. Wudang fue también el escenario de desarrollo del relato y de la captación de las tomas del film “El Tigre y el Dragón”. El trayecto hasta allí es bellísimo; se atraviesan terrazas y túneles perforados en las montañas mientras a la vista se exhiben paisajes maravillosos; transcurrimos por Yancun, Shanyang y Tian Zhu Shan. Llegue al pueblo de Wudang y me aloje en un hotel de la avenida principal (Tai He Da Dao). A lo largo de la misma hay locales que venden cuanto tipo de espadas y elementos para la practica del gong fu alguien pueda imaginar.
Al día siguiente iba a concretar el anhelado ascenso a Wudang Shan (montaña de Wudang). La sensación de realización personal, la emoción, y una profunda perplejidad ante la majestuosidad de la naturaleza y el misterio de la cultura taoísta, me mantuvieron expectante de un inusitado transcurrir bellamente poético del instante. A la mañana siguiente fui en colectivo hasta el pueblo de Nanyan y me hospede en el Wudang Grand Hotel. 
El conserje me puso en contacto con el Shifu Gu Shi Yi, director de Wudang Taoist Wellness Academy. Allí practique por una semana el sistema Wudang Taiji 33 Forms, además de técnicas de meditación y Qigong. No encuentro modo fácilmente asible de expresar con el lenguaje la extraordinariedad y magia de haber practicado ello en las elevadas terrazas de las laderas de la montaña Wudang, contemplando paisajes que exudan, punto por punto, aliento sagrado. Como componente exaltador de la experiencia, tuve tres hermanos de práctica en esa academia con quienes entable una cálida y enriquecedora relación: Pan Ren Wei, Xiong Jun Chao y He Jian.
Por esos días me tome un tiempo para subir al Palacio Dorado, la cima de Wudang Shan. También visite el Palacio del Paraíso Púrpura, el Palacio de los Cinco Dragones, la Cueva del Dragón Amarillo y Xi Xiao (Nube Púrpura), templo donde se realizaron tomas para el film Karate Kid protagonizado por Jackie Chan. Por otro lado dediqué tiempo también a visitar academias de la tradición Wudang dispersas por la zona: Taoism Tai He Martial Art School, Chuanzhen Martial Art School y Jing Wu Martial Arts School. Durante mi estancia en Wudang Shan conocí muchos profesores y estudiantes extranjeros de Wushu con los cuales intercambié numerosas y enriquecedoras experiencias, conocimientos y opiniones. Entre ellos quiero recordar al Shifu Liu Yu Wei (Italia), a los instructores Giobatta Pavan y Massimiliano Piccolo (Pordenone-Italia), a la instructora Olga Norikova (Rusia) y al Shifu Zhang Jia Li. A todos ellos guardo estima y doy mis más sinceros agradecimientos por el tiempo y los saberes compartidos.
En el pueblo de Wudang, pasando por un túnel situado al extremo de la peatonal Bu Xing Jie, se accede al ruinoso templo Yuxu, sitio donde fui a visitar la escuela de gong fu mas antigua del lugar. Había a sus alrededores muchos extranjeros de muy buen nivel en Wushu practicando (USA, Bélgica, Holanda, Italia, entre otros); a través de un intercambio con los cuales, me dispensé de valiosos criterios para cotejar diferencias y similitudes entre los modos de transmisión del Wushu tradicional propios de cada país en el mundo.
Me alejé finalmente de esas inaprensibles maravillas y misterios de Wudang. Retorné a Xi’an en colectivo. Al día siguiente de mi arribo a Xi’an continué curso hacia Zhengzhou nuevamente en tren, pero esta vez en “tren cama”. Lo cual significó un incómodo periplo de ocho horas hasta alcanzar Zhengzhou, desde donde subí a un colectivo a Deng Feng. Nuevamente en la región de Shaolin, me reencontré con Bruno, Luis y Gustavo (otro de los estudiantes del profesor Bruno Tombolatto). 
Había dejado mis maletas en el hotel de Luis por razones de mejor movilidad. Luego de pasar a recogerlas, fuimos juntos a visitar una escuela de Chen Taijiquan y posteriormente un hotel internacional donde acontecería la presentación de una serie de 8 libros muy antiguos de Shaolin editados por primera vez para su circulación pública. Para mi enorme agrado, conocí un periodista ruso con injerencia en la organización del evento, y luego de conversar un rato, muy amablemente me obsequió un saco que contenía los 8 libros de Shaolin.
Tema aparte. Gustavo fue mi compañero durante dos días, 24 y 25 de agosto, en los que realizamos una expedición a la aldea Chen Jia Gou, el sitio de origen histórico primitivo del Taijiquan. Fuimos en colectivo desde Deng Feng, atravesando unos 100 Km. de distancia. Una vez allí conocimos la escuela de Taijiquan que dirige el famoso maestro Chen Xiao Wang y al otro dia estuvimos con los maestros Zhang De Wang y Zhang Sui Sheng, del estilo Hu Lei Taiji (estilo del rayo). El maestro Zhang De Wang nos mostró una forma del sistema, lo cual resultó ante nuestros ojos algo increíblemente espectacular y magnífico; personalmente jamás había apreciado el despliegue de tanto nivel en la realización de un Taolu. Practicamos un poco las bases del estilo y luego rodé manos en Tuishou con el maestro. Pasamos una noche en la aldea y regresamos a Deng Feng al día siguiente.
El 27 de agosto me dirigí desde Deng Feng a Beijing. En la capital nacional visité el mausoleo de Mao Tze Dong, la Ciudad Prohibida, la Plaza de Tian An Men, el Templo Lama y la Gran Muralla. Finalmente el 31 de agosto emprendí mi regreso aéreo desde Beijing a Madrid, con escala en Frankfürt (Alemania).
Los últimos días del viaje transcurrieron en Madrid, con Bruno y Gustavo Vila, acondicionando el Wu Guan del Instituto Cultural Han. Fuimos a practicar al parque del buen retiro y me llevaron a conocer el centro de Madrid, el Palacio de Cristal, el Arco de la Victoria y Parque del Oeste. El sábado 3 de Septiembre arribé al avión que me traería de regreso a Argentina y pisé finalmente suelo santafesino el domingo 4 de setiembre en el Aeropuerto de Sauce Viejo, donde fui recibido por los instructores y practicantes de nuestra querida Chin Wan.
Espero que haya funcionado el breve relato de mi itinerario por China para lograr ponderar la importancia que un viaje de este tipo tiene el marco de desempeño institucional de una asociación cultural como la nuestra. Antes de culminar querría ofrecer una conclusión personal a propósito de China y su relación con sus artes clásicas de la guerra. China es un país que, paradójicamente, se encuentra inmerso en una radical transición y, al mismo tiempo, sigue siendo el mismo. Esa dicotomía generada por la yuxtaposición de la modernización occidentalizante con el antiguo mundo, también ofrece una perspectiva clave para enfocar un marco de problemáticas específicas concernientes a nuestro arte marcial y su cultura. Por consiguiente, concernientes a nosotros como cultores del mismo, a cuyo tratamiento metódico y riguroso debemos avocarnos para continuar trabajando de modo conducente en favor de las artes marciales chinas. En efecto, vale enormemente el esfuerzo que podamos realizar por preservar un tesoro para la humanidad que abre instancias y caminos para el desarrollo humano a partir de una exploración del mundo, de la naturaleza, a través del arte marcial.

Shifu Ernesto Kohlbrenner 
Director de la región Sudamérica
de Chin Wan Kung Fu Association